Hemos sido educados para creer que el poder de la pirámide
está en la cima, y no es así. La cima de la pirámide está ahí porque la base la
está sosteniendo, nosotros somos la base y estamos sosteniendo esto. Y quien
está en la cima es consciente de ello, y reza porque no nos demos cuenta, tiene
miedo de que descubramos que somos nosotros quien cargamos con el peso.
Y por ello luchan a diario, se esfuerzan en dejar corrido el
velo sobre unas consciencias dormidas que temen perder lo que tienen, y están
ganando. Ganan porque nos escondemos
detrás del miedo, toman ventaja en una lucha que tienen perdida de antemano por
la estupidez de quien, sabiendo lo que es suyo, no lo toma, la pasividad de
saberse superiores en número y aun así seguir temiendo.
Pero ellos, los que están allá arriba, son plenamente
conscientes de que son unos pocos, y que dependen de la base de la
pirámide, y ya lo tienen todo, pero
buscan más, sabedores de que si levantan la presión, su negocio se derrumba. Si
sabes que el peso del edificio está soportado por los cimientos, y sabes que
esos cimientos pueden fallar, te esfuerzas en reforzarlos, en asegurarte de que
no fallen. Y eso están haciendo, a través de mentiras y de falsedades,
especulando con nuestro miedo a perder nuestro trabajo, nuestras casas, jugando
con las cartas del egoísmo y el conformismo que en los últimos tiempos, o quizá
siempre, ha caracterizado a gran parte de la raza humana.
Y lo llamo egoísmo, porque miles de personas, ya no tienen
miedo a perder su casa ni su trabajo, porque ya lo han hecho, ya les han echado
a la calle los bancos a los que nuestro gobierno rescata con nuestro dinero. Y
el siguiente paso que darán será privarles de sanidad o educación por no poder
pagarla. Y seguimos parados, sentados en el sofá, leyendo en los periódicos o
viendo en los informativos como cada día se desahucia a familias enteras de sus
casas, incapaces de pagar los intereses abusivos de una hipoteca después de
haber perdido su trabajo, sin darnos cuenta de que sin nuestro consentimiento
la conformidad no podrá sobrevivir.
Hr.