Ya es suficiente, llevamos demasiado tiempo callados y
cruzando los dedos para que no nos pase a nosotros, sin darnos cuenta de que ya
nos ha pasado. Sin darnos cuenta de que si ayer vieron a por el vecino del 5º y
hoy a por el del 2º, mañana pueden venir a por nosotros.
¿Hasta cuándo vamos a seguir pensando que la crisis culpa
nuestra, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? ¿Cuándo
abriremos los ojos y seremos conscientes de que el sistema no funciona?
Llegados a este punto solo nos quedan dos opciones: O nos
doblegamos ante la injusticia y la tiranía del mercado global, de las
instituciones ilegitimas como el FMI o el Banco Mundial; o nos unimos en la
lucha por la justicia, la democracia y la libertad. Todo se reduce a si
preferimos quedarnos sentados, sin hacer mucho ruido, temerosos y engañados, o
nos quitamos la venda y no dejamos que especulen con nuestro futuro, que nos
priven de una sanidad y una educación decentes, que no nos empobrezcan aún más
únicamente para engordar su cuenta de beneficios.
De nosotros depende hoy, ahora, en este momento, echar a
perder todo lo que se ha ganado en los últimos doscientos años, o decir basta,
y hacer temblar la cima de la pirámide desde los cimientos del subsuelo. No
dejemos que nos engañen, no dejemos que enturbien un futuro que de por sí ya es
gris y gritemos hasta que el eco de nuestras voces, retumbe en sus cabezas...
Hr.
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